Rusia revocó la licencia de transmisión de Deutsche Welle y cerró la oficina de DW en Moscú, después de que los reguladores alemanes de radiodifusión prohibieran la cadena rusa RT en Alemania. Pero estas no son lo mismo.
La decisión del Kremlin de cerrar las operaciones de Deutsche Welle en Rusia parece a primera vista una reacción a la decisión de los reguladores alemanes de radiodifusión, tomada un día antes, de prohibir la programación de la cadena rusa RT en Alemania.
Pero hay diferencias significativas tanto en la naturaleza de las prohibiciones como en la normativa que rige a las dos emisoras internacionales.
En primer lugar, el regulador alemán de radiodifusión solo ha suspendido los contenidos en vivo de RT, luego de que estos decidieran no solicitar una licencia de transmisión. Los contenidos “on-demand” y en internet no se ven afectados, mientras que los corresponsales de RT continúan teniendo libertad para trabajar en Berlín y asistir a las conferencias de prensa del Gobierno alemán. Pero la decisión de Rusia de cerrar la oficina de DW en Moscú significa que los periodistas de DW ya no están acreditados para trabajar en ese país.
El segundo punto, sobre cómo se rigen las dos emisoras, se puede resumir mejor en el principio de “neutralidad del Estado”. Tras la experiencia de la dictadura nazi, el panorama de medios en Alemania se diseñó específicamente para evitar que los gobernantes controlaran los periódicos, las emisoras y otros.
Es cierto que tanto Deutsche Welle como RT, que antes se llamaba Russia Today, son emisoras financiadas por el Estado y dirigidas a audiencias extranjeras. Pero para garantizar que Deutsche Welle pueda trabajar de forma independiente y seguir los estándares periodísticos, no es parte de la oficina de prensa del gobierno federal.
DW está regulada por el derecho público. Esto significa que, aunque su financiación proviene del presupuesto federal, el director solo responde ante el Consejo de Radiodifusión de DW, que además lo elige por seis años. Y aunque haya un cambio de gobierno en Alemania, como ha ocurrido recientemente, el director sigue en su puesto.
El Consejo de Radiodifusión tiene 17 miembros honoríficos: representantes de la sociedad civil, sindicatos, iglesias y partidos políticos. Estos se aseguran de que el medio alemán para el extranjero siga la línea de DW, que es “proporcionar un foro para los puntos de vista alemanes y de otros países sobre temas esenciales, sobre todo en política, cultura y economía, tanto en Europa como en otros continentes, con el objetivo de promover el entendimiento y el intercambio entre culturas y pueblos”.
Es cierto que el sitio web de RT en inglés también afirma que “RT es una organización autónoma y sin fines de lucro que se financia públicamente con el presupuesto de la Federación Rusa”. Sin embargo, el portal no revela mucho más sobre RT: ni sobre su presupuesto, ni sobre su estructura, ni sobre ningún órgano de supervisión.
Lo que parece claro es que no hay un principio de neutralidad estatal que rija para RT, como se le exige a DW. Cuando el corresponsal de la revista Time en Moscú, Simon Shuster, visitó a la editora jefe de RT, Margareta Simonjan, en su oficina en 2015, notó un teléfono amarillo que tenía sobre su mesa. Era su línea segura directa con el Kremlin, admitió Simonjan a Shuster, “para discutir cosas secretas”. Simonjan ha sido editora jefe de RT desde su creación en 2005.
En una entrevista con el diario ruso Kommersant en 2012, Simonjan dijo que veía a RT como parte de una guerra de información con el mundo occidental, y comparó el papel de la emisora con el del ministerio de Defensa.
“El ministerio de Defensa luchaba contra Georgia, pero nosotros llevábamos a cabo la guerra de la información, y lo que es más, contra todo el mundo occidental”, declaró Simonjan. “¡Es imposible empezar a fabricar un arma cuando la guerra ya ha empezado! Es por eso que el ministerio de Defensa no está luchando contra nadie en este momento, pero está preparado para la defensa. Nosotros también lo estamos”, agregó.
En 2013, el presidente ruso Vladímir Putin declaró que RT “no puede dejar de reflejar la posición oficial del Gobierno ruso sobre los acontecimientos en nuestro país y en el resto del mundo”. En declaraciones a la emisora SWR, Stefan Meister, experto en Rusia del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, describió a RT como un canal de propaganda: “Es un instrumento de la política exterior rusa con objetivos muy concretos. Es un canal controlado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, entre otros, pero también por otras instituciones estatales”.
También hay diferencias en el trato a los medios de comunicación extranjeros dentro del país. Esto queda ilustrado por la prohibición de emisión impuesta a RT en Alemania por una autoridad independiente de supervisión de los medios de comunicación, la Comisión para la concesión de Licencias y Supervisión de la Autoridad de Medios de Comunicación de Berlín y Brandeburgo, que no es un organismo gubernamental.
La comisión justificó la prohibición de la programación en alemán de RT afirmando que “falta la licencia requerida por la ley de medios de comunicación”. En otras palabras, la licencia de transmisión nunca se había solicitado, aunque la emisión comenzó el pasado mes de diciembre. El Tratado de Medios de Comunicación alemán, que regula los derechos de los organismos de radiodifusión en Alemania, prohíbe -salvo en casos excepcionales- la concesión de licencias de radiodifusión a organismos estatales en Alemania y en el extranjero.
Sin embargo, TV Novosti, organismo asociado a RT, posee una licencia serbia de emisión para RT en Alemania y la considera suficiente. La autoridad alemana de supervisión de los medios de comunicación no está de acuerdo, y se considera responsable porque la redacción alemana de RT tiene su sede en Berlín.
Mientras que a los periodistas de DW se les ha retirado la acreditación, los de RT pueden seguir trabajando en Alemania, protegidos por el principio de libertad de prensa. Los periodistas de RT, por ejemplo, siguen asistiendo regularmente a las ruedas de prensa del Gobierno alemán. RT en alemán puede seguir operando su sitio web y puede distribuir videos, pero no transmitirlos en directo.
En Rusia, los corresponsales extranjeros deben obtener una acreditación a través de un proceso de aprobación, a menudo, confuso. En Alemania, RT puede contratar a periodistas y reporteros sin acreditación, como cualquier otra emisora.
Entretanto, el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores anunció el cierre de la oficina de DW en Moscú y el fin de la transmisión de DW en Rusia, lo que indica claramente que la medida tiene una motivación política. Rusia dijo que reaccionaba a las “acciones hostiles de Alemania” hacia RT. Finalmente, Rusia ocupa el puesto 150 entre 180 países en el índice de libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras.
(ct/ers)