Las últimas dos semanas han sido intensas para Grupo Televisa. Mientras sus acciones caían dramáticamente, una agencia de riesgo recortó su calificación crediticia ante el alza de sus costos y la caída de sus suscriptores. De manera sorprendente, unos días después, el mercado comenzó a responder a reportes de Wall Street que señalan que la acción cotizaba por debajo de su valor, lo que impulsó fuertemente las acciones. El episodio es síntoma de los cambios estructurales que se llevan a cabo en la empresa.
Pocas empresas en México han dejado su marca en la cultura como ha hecho Televisa, creadora de décadas de productos que han influido en la cultura popular del país. Pero la emblemática televisora está migrando a convertirse menos en una televisora y más en una empresa de telecomunicaciones. Su futuro se mira más como el de América Móvil, del empresario Carlos Slim, aunque mantenga, como hasta ahora, una importante inversión en el negocio de los contenidos televisivos.
El precio de la acción de Grupo Televisa hila años a la baja, perdiendo casi el 80% de su valor desde 2018. El 21 de noviembre la acción comenzó a bajar y al día siguiente la empresa de riesgo crediticio S&P Global redujo la calificación de su deuda de BBB+ a BBB, un escalón más abajo y más cercano a la calificación “basura”. Esto llevó a que las acciones cayeran aún más. Sin embargo, esta semana las acciones se recuperaron, impulsadas, en parte por reportes de banco de inversión que recomendaban su compra.
“El desempeño de las acciones de Televisa ha estado entre los más pobres de las emisoras pertenecientes a la Bolsa Mexicana de Valores, impulsado por una combinación de malas noticias y mayores tasas de interés”, escribieron los analistas de Citibanamex Andrés Cardona, Matheus Tostes, y Gabriel Gusan en un reporte a clientes. A pesar de “cierta apatía por parte de los inversionistas extranjeros” a la decisión de la empresa por separar negocios que no tienen que ver con telecomunicaciones, Citibanamex concluyó que “la acción es demasiado barata para ser ignorada y el 2024 ofrece mejores perspectivas”.
La decisión a la que se refieren empezó en 2019, cuando Grupo Televisa adquirió activos de telecomunicaciones con la compra de Axtel, apostándole a un negocio enfocado en telefonía fija, internet y televisión de paga a través de fibra óptica. Su alta penetración en el mercado de televisión de paga, a través de Sky, le da a Televisa una ventaja competitiva. Pero este ha perdido dos millones de suscripciones en dos años.
“Sky era una empresa que se dedicaba a servicios de televisión de paga a través de antenas fijas”, explica Humberto Patiño, analista de S&P Global y uno de los responsables del recorte en la calificación crediticia de Grupo Televisa. “Cuando las antenas dejaron de tener relevancia porque ahora se trasmitía a través de módems que se ponen debajo de la televisión, esta transición le pesó un poco a Televisa en términos de los suscriptores porque no hizo la transición en automático o en línea con la industria. Esta es una industria que requiere de avances tecnológicos en la operación constantes y también de una muy buena planeación de precios para poder mantener la participación de mercado”. A la caída en suscriptores se agrega también la inflación, la cual ha encarecido los costos para la empresa.
Entre 2019 y 2023, la empresa también empezó la escisión de ciertos negocios ajenos a las telecomunicaciones, como los casinos PlayCity, la empresa de entretenimiento en vivo Ocesa y hasta revistas. El plan es crear un holding que tenga su propio financiamiento, modelo de negocios y riesgos. Pero el cambio más radical en su estrategia llegó en 2020, cuando Televisa y Univisión fusionaron sus activos de contenido para crear el catálogo más grande en Español.
El contenido quedó a cargo de una subsidiaria en Estados Unidos, TelevisaUnivisión, de la cual Televisa es dueño del 45%. El resto está en manos de Univisión, por lo que Televisa tiene poder de decisión, pero Univisión tiene el control. En las últimas semanas, esta subsidiaria fue objeto de críticas por una entrevista al ex presidente Donald Trump. La cadena había dado la espalda a Trump en 2015 por sus insultos y ofensas a los latinoamericanos.
El negocio de los contenidos ha cambiado rápidamente y a TelevisaUnivisión la aquejan los mismos males que aquejan a sus competidores: el ascenso de TikTok e Instagram reels. Datos de los reportes financieros de las empresas y del Wall Street Journal muestran que cada año, la gente pasa más tiempo viendo videos cortos en estas redes sociales que viendo televisión. A diferencia de las televisoras, lasredes sociales no necesitan un gran presupuesto para producción, ya que los propios usuarios generan el contenido. Además, plataformas de streaming como Netflix representan una competencia feroz.
“Lo que pasa con el incremento de usuarios en aplicaciones de streaming es que las empresas o los gobiernos empiezan a separar el presupuesto que antes destinaban a la televisión para incluir también otras plataformas. Empiezan a contratar influencers para hacer anuncios, claramente el presupuesto está dividido en dos”, asegura Patiño.
Televisa tiene una deuda total que equivale a 90.000 millones de pesos, aunque el 70% esté denominada en dólares, aseguró S&P. Patiño y su colega Fabiola Ortiz aseguran que Grupo Televisa, en su camino para convertirse en una empresa de telecomunicaciones, pudiera vender su posición en TelevisaUnivisión si necesitara reducir su apalancamiento.
“Nuestra calificación considera que en un escenario de estrés la participación de Televisa puede ser eh, pues re eh vendida o puede ser materializada en términos de efectivo para poder hacer pago de la deuda nacional”, dice Patiño.
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Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.
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