Adiós a Notimex. La agencia pública de noticias de México ha recibido este miércoles el tiro de gracia en el Senado, que ha aprobado la desaparición del medio de comunicación federal con 59 votos a favor y 44 en contra. Su extinción era la crónica de una muerte anunciada: el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dijo en abril que sus días estaban contados, después de un prolongado conflicto laboral con los trabajadores de la plantilla, declarada en huelga desde el 8 de junio de 2020. La redacción denunciaba las pésimas condiciones laborales y los despidos masivos en un ente que sufría la desatención del Gobierno.
El senado ha aprobado el proyecto de decreto avalado por la Cámara de Diputados, una iniciativa de López Obrador, que el pasado abril ya aseguró que, después de una negociación con los trabajadores de la plantilla de Notimex, se procedería a su eliminación: “Se está llegando a un acuerdo porque la verdad ya nosotros no necesitamos una agencia de noticias en el Gobierno”. El presidente de la comisión de Radio, televisión y Cinematografía de la Cámara Alta, José Antonio Álvarez Lima, ha refrendado las palabras del presidente al asegurar que van a garantizar que los 86 periodistas y empleados que conforman la redacción de la agencia pública reciban lo pactado durante las conversaciones con el Ejecutivo.
Algunos senadores, como la priista Beatriz paredes o el integrante del grupo plural Emilio Álvarez Icaza, han lamentado la decisión. “En estos últimos cinco años hemos vivido un proceso de precarización de los medios públicos. Notimex es un buen ejemplo”, ha asegurado Álvarez Icaza, que ha alabado desde la tribuna de la Cámara Alta la huelga del sindicato de trabajadores. “Reducir y desaparecer Notimex es disminuir lo público, es achicar lo público, que es lo que hemos estado viviendo; se achica la salud, se achica la educación, se achica la seguridad, y ahora la comunicación. Los medios públicos tienen que ver con la pluralidad, con la diversidad, con la democracia”, ha continuado, para sentenciar: “Es un error”.
Para López Obrador, bajo su Administración no hay necesidad de una agencia pública de comunicación porque él ha inventado la mañanera: esa suerte de rueda de prensa en la que durante dos o tres horas cada mañana marca la agenda política del día y permite las preguntas de algunos periodistas escogidos entre las decenas de reporteros que acuden a cubrirla. “Desde que entramos hay un conflicto laboral, pero no es algo que nos haga falta como Gobierno, tenemos la mañanera”, sostuvo el presidente, que tampoco da entrevistas bajo el mismo pretexto.
Notimex funcionó durante medio siglo, desde 1968, cuando fue fundada ante la celebración de los Juegos Olímpicos de México, siguiendo el modelo de otras agencias públicas como la BBC de Reino Unido o Efe en España. La huelga llegó en 2020 después de una etapa especialmente turbulenta. Los trabajadores denunciaron que la directora del medio, Sanjuana Martínez, ordenó despidos masivos ilegales y sin indemnización, además de clausurar todas las corresponsalías, con el argumento de que “la agencia había operado como una mafia” y había dilapidado recursos gubernamentales. Los empleados acusaban también que Martínez había orquestado campañas de desprestigio contra periodistas independientes. Llegó el paro y, durante tres años, el enquistamiento de un conflicto que no terminaba de encontrar solución.
Este octubre, por fin, el final de la huelga y, con él, la extinción definitiva de Notimex, empezó a verse más claro. Entonces, López Obrador informó de que había conseguido llegar a un primer acuerdo con los trabajadores, consistente en garantizar el pago de los derechos laborales a los empleados. “Nos pusimos de acuerdo en la parte global de qué se les va a reconocer a los trabajadores y cómo se les va a pagar. Lo que hemos venido trabajando en estas mesas es justo ver cómo se va a resolver la parte colectiva, que es propiamente la huelga, como el tema de los trabajadores”, dijo entonces Adriana Urrea, la secretaria general del sindicato.
“El sentimiento para nosotros es de mucha tristeza porque no era lo que nosotros queríamos, nosotros peleamos a nuestra fuente de trabajo. Es eliminar a una agencia con 55 años de historia, un medio de comunicación público que era un referente nacional e internacional”, añadió Urrea. El sindicato representa a 86 personas, pero el acuerdo también ampara a los trabajadores de confianza, así como a otros 150 exempleados que tienen alguna demanda laboral contra la agencia. Tras más de tres años de negociaciones fallidas y reivindicaciones laborales, los 50 años de vida de la agencia pública han llegado a su fin.
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Reportero en El País México desde 2021. Es licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre la actualidad mexicana con especial interés por temas migratorios, derechos humanos, violencia política y cultura.
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