Los grados en primaria y secundaria se transformarán y las materias como las conocemos también. La renovación del sistema de educación básica en México más radical de los últimos años proviene de la Nueva Escuela Mexicana y agrega a la ecuación de la enseñanza temprana términos como “inclusión“, “tecnología“, “diversidad” y “pensamiento crítico“.
Pero el cambio radical es, a la vez, polémico. Los libros de texto de la SEP han sido particularmente cuestionados por sus bases pedagógicas. El tema escaló cuando, en marzo de 2023, la Unión Nacional de Padres de Familia acusó de la incorporación de ideología marxista y socialista en los libros de texto gratuitos. Tras meses de usar recursos legales, la unión consiguió una suspensión provisional contra la impresión de libros para las primeras fases del nuevo sistema de educación básica. Pese a todo, no parece que la SEP haya detenido la producción de los libros.
Divididos en cuatro campos formativos, los libros que siguen en proceso de impresión (al menos al corte de hacer este texto en 2 de agosto de 2023) son los de Lenguajes, Ética, naturaleza y sociedades, De lo humano y lo comunitario y Saberes y pensamiento científico. Los cuatro grupos formativos comprenden como disciplinas aquellas que antes eran conocidas como materias. La mayoría de los libros pueden encontrarse ya en línea.
El proceso no ha hecho más que complicarse conforme pasan las horas y los días. El 1 de agosto la jueza Yadira Medina dio un plazo de 24 horas para que la SEP cumpliera con la revisión y rediseño de los libros de texto gratuitos de nivel básico. Ese mismo día el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no hay juicio de amparo alguno que impida la distribución de los libros y aseguró que llegarán, conforme a lo previsto, el 28 de agosto.
Las acusaciones no son solo sobre marxismo. La Unión de Padres, una organización de corte conservador, también ha sido muy vocal sobre la incorporación de ideología de género. El plan de estudios detrás de los nuevos materiales educativos es muy abierto al explicar que uno de los propósitos es que los alumnos “conciban la sexualidad como resultado de una construcción social“.
Dada la magnitud de la discusión ideológica y hasta política, hasta el episcopado ha intervenido. Los libros no son más que “auxiliares” y los materiales no deben determinar el acontecimiento educativo, según un comunicado enviado por el episcopado y retomado por El Universal. En el texto se lee “frente a la confusión y el desconcierto es necesaria la prudencia, la corresponsabilidad y el diálogo constructivo“.
Que la discusión detrás de los libros de la SEP se centre en ideología de género y corrientes políticas puede ser reduccionista. El Centro de Investigación y Política Pública del Instituto Mexicano para la Competitividad asegura que el nuevo plan de estudios “no considera la educación como una heramienta para la formación de capital humano“, lo que a su vez puede “generar estudiantes carentes de habilidades imprescindibles para su futuro profesional“. En su posicionamiento también se lee que el plan de estudios ha sido creado desde la incertidumbre y la opacidad.
El primer apartado es interesante porque difiere ideológicamente con el planteamiento de la Nueva Escuela Mexicana que sugiere a la educación básica no como constructor de “capital humano”, sino como herramienta para entender los conceptos de ciudadanía. La Nueva Escuela Mexicana parte de que alumnas y alumnos se entiendan como personas con los mismos derechos, con criterio propio para entender realidades históricas. El acercamiento radicalmente distinto se entiende solo a partir de corrientes ideológicas encontradas, lo que es interesante porque pocas veces la conversación ideológica detrás de la educación sucede de forma tan nítida como ahora, con los libros de la SEP como motor.
Discusión de ideales aparte, el tema de opacidad sobre el planteamiento de los nuevos contenidos educativos es uno que simplemente no puede permitirse. Sin importar corriente que prevalezca, cuestionamientos sobre la efectividad pedagógica de libros de texto en México deberían atenderse con seriedad.
No ayuda, desde luego, que los contenidos de libros de texto se hayan dado a conocer a través de filtraciones, así que parece que no ha existido suficiente proceso de construcción y mejora, no por principios ideológicos, sino para garantizar el fin pedagógico. De ahí que la investigadora del Cinvestav, Alma Maldonado, haya denunciado errores en los libros como un gráfico impreciso sobre el sistema solar y la forma en que los libros consideran a la ciencia como una construcción social que “no se puede afirmar que ea superior a otros sistemas de conocimientos“, según se lee en uno de los textos.
Maldonado impulsa una petición en Change.org para suspender la entrega de los nuevos libros de texto que ha alcanzado más de 60,000 firmas al momento de hacer este texto.
Según el presidente López Obrador, en México se elaboran 115 millones de libros de texto gratuitos para preescolar, primaria, secundaria, así como libros para docentes. Todos los contenidos “corresponden a la nueva realidad del país y del mundo“, ha dicho antes el presidente.
El concepto de Nueva Escuela Mexicana fue aprobado e incorporado en la Ley General de Educación en 2019. El nuevo sistema de enseñanza que ha sido creado con los cuatro campos formativos como pilares se implementaría por primera vez para el ciclo escolar 2023-2024.
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