El ejercicio democrático en este México polarizado ha sido por años cuestionado, descalificado, perseguido y hasta satanizado, no solo por aquellos miembros de la élite política que oportunamente lo califican a interés, así también los ciudadanos que de manera libre e igualitaria participan de ella al ejercer su derecho al sufragio, lo que me lleva a cuestionar si conocemos la democracia únicamente como un elemento procedimental de nuestra vida diaria o necesitamos replantearnos su concepción para visualizar la práctica de una democracia sustantiva.
El afamado catedrático Michelangelo Bovero en Una Gramática de la democracia, apunta claramente a los sustantivos de la democracia como elementos esenciales en la composición del discurso democrático, en la agudeza de enmarcar la importancia del lenguaje constructivo que ha transitado de incomprensiones literarias inadvertidas a prácticas erróneas consentidas.
- Primer sustantivo, la democracia: concebida como aquel poder de tomar decisiones colectivas, vinculantes para todos, ejercido por el pueblo, mediante libres decisiones individuales.
- Segundo sustantivo, la isonomía: representada por la paridad frente a la ley y a través de la ley, otorgando igualdad de derechos políticos a todos los ciudadanos.
- Tercer sustantivo, la isegoría: originada en un sistema en donde todos tienen exactamente el mismo derecho a voz y la misma libertad para expresar en voz alta su pensamiento.
En comunión con Bovero vale la pena analizar y reclamar el valor intrínseco de nuestra estructura sociopolítica para transitar conscientemente al ejercicio de una democracia sustantiva que, además de los elementos formales, conjugue prácticas reales construidas a partir de los sustantivos de la democracia. La base fundamental de esta democracia es el individuo que reconoce libremente su voluntad individual como parte integral de una voluntad colectiva, mayor, homogénea y vinculante con las necesidades de la generalidad, es entonces cuando un ciudadano común se convierte en un ciudadano activo, que interviene en las decisiones públicas, coopera con las autoridades e incide en la integración de políticas públicas y media en los mecanismos de evaluación, control y seguimiento de los planes y metas gubernamentales, esto es democracia participativa.
A medida que entendemos que nuestra función como ciudadanos integrantes de un sistema democrático, no descansa únicamente en votar y ser votados, coadyuvamos al fortalecimiento no solo de las instituciones a través de las cuales un gobierno realiza sus funciones, sino también de la práctica de la isonomía otorgada por las leyes mexicanas, garantes de los derechos individuales de mujeres y hombres pero representados en la colectividad.
La nueva normalidad demanda ciudadanos renovados, dispuestos a trabajar en la conformación de una democracia sustantiva, ciudadanos que no se limiten a voluntades individuales, comprometidos a generar paridad en las condiciones y en el ejercicio de la vida pública, ciudadanos que alcen la voz, que piensen en voz alta, que actúen en consecuencia y congruencia, es momento de replantear nuestra concepción de la democracia y la participación ciudadana, es momento para transformar los sustantivos en acciones.
Democracia es también sumar voluntades sin contrarrestar derechos.